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Cartuchos de escopeta

Un cartucho de escopeta es la munición que usa una escopeta. Se dispara después de ser cargado en la recámara o recámaras de cualquiera de las variedades que tiene este tipo de armas. El cartucho tiene una forma cilíndrica y el largo normalmente mesura 65 mm y 76 mm.​ Tiene una carga de pólvora y unos perdigones de plomo o unas postas más gruesas hechos para ser disparados desde una escopeta. Los cartuchos de escopeta suelen ser normalmente de plástico pero tienen una base de latón delgado

La velocidad que debe tener un cartucho, depende de las situaciones de caza. Una velocidad entre 405 y 415 m./s., es la más adecuada. Hay que tener en cuenta que, a mayor velocidad, mayor es el retroceso del arma.

Un buen plomeo (dispersión experimentada por la carga de perdigones en el aire cuando abandona la boca del cañón) depende esencialmente del taco contenedor, de la esfericidad del cartucho, de la dureza de estos y del grado y tipo del choque del arma.

Hay que distinguir dos tipos principales de cartuchos:

  • Cartuchos semimetálicos o de escopeta: Son aquellos que están diseñados para usarse en un arma de ánima lisa. Dentro de estos se localizan cuatro importantes componentes. El pistón, la pólvora, el taco y la munición –perdigones, postas o bala–. Los principales calibres son 12, 16 y 20.
  • Cartuchos metálicos: Son aquellos que están enteramente fabricados en metal. Se caracterizan, a diferencia de los anteriores, en que estos solo tienen un proyectil que propulsan a gran velocidad, llegando a más de 2000 m/s. Debido a sus múltiples usos, hay infinidad de cartuchos que montan balas de distinto calibre.

Como cartucho existe el perdigón que es un tipo de proyectil de la munición de escopeta consistente en pequeñas esferas de plomo u otro metal. ​Cuando se efectúa el disparo, estas salen del cañón dispersándose y permitiendo impactar más fácilmente al blanco a corta distancia.