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Del mismo modo que sucede con cualquier otra cosa, nuestras armas de aire comprimido necesitan una serie de cuidados básicos para que funcionen de manera correcta y podamos disfrutar de ellas por mucho más tiempo.
Afortunadamente, el mantenimiento de las armas de aire comprimido es bastante sencillo, al contrario de lo que ocurre con las armas de fuego, que se encuentran expuestas a elementos corrosivos resultantes de la combustión de la pólvora.
En el caso de las armas de aire comprimido, los problemas únicamente vienen derivados de la humedad, el óxido, el plomo y el polvo. Problemas que afectan tanto a las partes interiores como exteriores. Eso sí, si vives en una zona donde la humedad es habitual en el ambiente, las labores de mantenimiento tienen que ser más exhaustivas y las armas deben almacenarse en un lugar donde estén protegidas del a la acción del óxido, a ser posible bien lubricadas y dentro de su funda.
Este tipo de armas cuenta con toda una serie de ventajas que las convierten en una elección más que adecuada:
• Más asequibles que las armas de fuego real.
• La munición es más económica.
• Algunos modelos ofrecen una gran precisión.
• Su menor potencia permite que puedan ser utilizadas por todo tipo de público.
• Menor ruido que las armas de fuego real.
• Para su compra y posesión no es necesario disponer de una licencia de armas.
• No precisan de armero homologado.
Mantenimiento básico
Antes de realizar cualquier tarea de mantenimiento en tu arma, lo primero que debes hacer es leer las indicaciones del fabricante, donde suelen recopilarse todos los puntos clave de la intervención por parte del propietario sin que se requiera la ayuda de un armero especializado para ello. De igual manera, debes tener en cuenta que cualquier labor de manipulación que realicemos en nuestra arma debe llevarse a cabo en condiciones de seguridad.
Limpieza del cañón
Uno de los elementos fundamentales en cualquier arma es el cañón.
Para limpiar el cañón se aconseja el uso de una varilla limpiadora que no sea de metal (el metal podría dañar las estrías del cañón). Puede aplicar unas gotas de aceite en el cañón para garantizar una mejor limpieza.
Además, cada cierto tiempo se recomienda el uso de un balín limpiador, cuyo funcionamiento es muy sencillo: tan sólo habrá que dispararlo como si se tratara de un balín normal.
Cada 1.000 disparos se aconseja lubricar la cámara de compresión, pero, no debemos lubricar en exceso ya que eso sería peligroso para el arma. Con una gota de lubricante para escopetas será más que suficiente. Si lo prefieres, en lugar de aceite, puedes usar paños de silicona que protegen el metal de la oxidación.
La culata
La culata puede ser sintética o de madera.
Si es sintética no requiere de un cuidado especial. Después de limpiar asegurarse que la culata queda seca.
Si es de madera requiere de un cuidado más especial. Se puede pulir con un producto especifico para ello y guardar en sitio ventilado para evitar grietas en la madera.
Visor
Un visor mal cuidado puede causar problemas al intentar alinear el tiro. Los visores son muy fáciles de limpiar y mantener. Los visores pueden limpiarse tan a menudo como sea necesario. Para el polvo, utiliza paño suave, cepillo suave o aire comprimido. Para las marcas, utiliza paño de microfibra suave y frota con un movimiento circular.
Nuestro último consejo es que hagas una revisión periódica de tu arma. Con ello, te asegurarás de que su comportamiento sea como el del primer día y así prolongarás la vida útil de tu arma de aire comprimido. La frecuencia con la que debes llevar a cabo el mantenimiento de tu rifle de aire comprimido depende de la frecuencia con la que lo utilices.